No preguntes qué puedes encontrar aquí, ni siquiera yo lo sé. Sea lo que sea se hallará entre el todo y la nada, entre el blanco y el negro, entre siempre y nunca. Ahí queda mucho espacio por llenar. Empecemos, sin demora, necesitaremos más de una vida para hacerlo.

domingo, 28 de agosto de 2011

22 Hay libros que vuelven...

El extranjero.
Albert Camus


Hay libros que vuelve, que regresan, como el eco, como la primavera…Retornan crecidos, desarrollados; hoy os quiero hablar de uno de esos libros, no os recomendaré su lectura, sería demasiado pretencioso por mi parte. Lo encajé en la maleta a hurtadillas, por si acaso, por si tenía ganas de leerlo otra vez. No es un libro, es un manual, un alegato contra la violencia, contra la pena de muerte. Pero también es una declaración contra las convenciones de la sociedad moderna, contra la mentira. Os hablo de El extranjero, de Albert Camus, su primera novela, publicada en 1942.



El protagonista, el señor Meursault, recibe una mañana un telegrama en el que se le comunica que ha fallecido su madre. En una playa de Argelia se ve inmerso en una disputa, inicialmente como simple espectador, convirtiéndose posteriormente en protagonista principal. Sin razón alguna, sin saber cómo, mata a un hombre. Un gesto absurdo, sin sentido.

Meursault, sin pretenderlo, se convierte en un asesino, sin descargo, sin defensa. Ya en prisión, a pesar de creerse inocente,  no se defiende, no justifica lo sucedido, ni siquiera es capaz de mostrar arrepentimiento, nada. Lees el libro y te vas atormentando, de sus silencios, de su sinsentido, de su sinceridad pasmosa, de la ausencia de emociones, de cómo es incapaz de rebelarse contra la estúpida argumentación del fiscal que lo lleva directamente a la guillotina.  La indiferencia, su escepticismo, incluso frente a su propia muerte, es su línea de comportamiento.

El libro es un torpedo contra la línea de flotación de los convencionalismos sociales, de la mentira que rige el comportamiento de los individuos. Meursault es el hombre libre absoluto, que es incapaz de engañar, de decir lo que los demás quieren oír; dice en cada momento lo que siente, sin hipocresías, sin dramática. Es condenado a muerte por eso, por no ser un figurante más de esa gran obra de teatro que es la vida, por no simular, por no hablar con dobleces, por no utilizar falsedades, disfraces, fingimientos, por no representar el papel que la sociedad le ha asignado. “Nada es absurdo cuando tratamos de construir nuestra vida en libertad”, decía Camus, ahí puede estar la respuesta. ¿La suma de muchos Mersault podría representar un peligro para la sociedad establecida? ¿El ejercicio absoluto de la libertad individual nos puede llevar a convertirnos en seres indiferentes, irreflexivos?.


Mersault se suma a otros héroes del absurdo, a "Barlteby, el escribiente", a  "Walkefield", todos ellos se anticiparon a su tiempo, y son tan presentes como nosotros mismos. Porque al final, en cada día de nuestra vida, sin quererlo, sin pretenderlo,  hacemos mas de lo que queremos hacer, decimos más de lo que sentimos, jugamos con la verdad y aceptamos el papel de protagonistas, de secundarios o de meros figurantes, que la vida, que la “sociedad”, en cada momento, nos otorga. Puede que tú no pienses lo mismo.

Sí, hay libros que vuelven, para quedarse. Buena lectura.


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EURO - PA - LABRALos amigos de EURO-PA-LABRA han realizado una reseña sobre esta entrada en su blog. 
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Puede que también te interese leer la reseña de:



Herman Melville.

Nathaniel Hawthorne.


2 comentarios:

  1. Ahora me gritarás, te escandalizarás y me llamarás cualquier cosa. Harás bien, amigo Xavier: no he leído "El extranjero". Pero después de hacerlo con tu reseña creo que lo debo hacer... Pero con Camus me pasa algo extraño, sé que su obra es de obligado cumplimiento, como las misas dominicales, y hago con él lo mismo que con éstas, a pesar de saberlo no voy. Así me va. Pero procuraré enmendarme

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  2. Amando, no pienso gritarte, ni siquiera me escandalizo. Si supieras la lista de libros que tengo sin leer, y cuantos de ellos forman parte de esas lecturas obligatorias, de esas misas dominicales...He calculado los días que me quedan por vivir, son infinitos, y los he dividido por los libros que me quedan por leer, necesitaría dos vidas. Hace tiempo que ya no me preocupo, y leo lo que me place, pertenezca o no a ese selecta lista de títulos imprescindibles.

    Un abrazo, pero saca un rincón del tiempo y ponte con "El extranjero".
    Un abrazo amigo Amando...

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